Onicomicosis y su impacto en la calidad de vida
La onicomicosis, aunque común, no debe normalizarse ni dejarse sin tratamiento. Es fundamental reconocer sus signos tempranos, conocer sus causas y buscar atención podológica profesional. Un tratamiento adecuado no solo puede revertir el daño, sino también prevenir complicaciones mayores y devolver al paciente la seguridad y bienestar en su día a día.
ONICOMICOSIS


Onicomicosis y su impacto en la calidad de vida
La onicomicosis, conocida comúnmente como "hongos en las uñas", es una infección micótica que afecta principalmente las uñas de los pies, aunque también puede presentarse en las manos. En ciudades cálidas y húmedas como Tuxtla Gutiérrez, donde el clima favorece la proliferación de microorganismos, esta afección es particularmente frecuente. Aunque a menudo se considera un problema meramente estético, sus implicaciones en la salud en general y en la calidad de vida de quien la padece son mucho más serias.
Desde el punto de vista clínico, la onicomicosis es causada principalmente por tres tipos de patógenos: dermatofitos, levaduras y mohos no dermatofíticos. Los dermatofitos - específicamente Trichophyton rubrum y Trichophyton interdigitale - son los responsables de la mayoría de los casos. Las levaduras, como Candida albicans, también pueden estar implicadas, especialmente en personas con sistemas inmunológicos comprometidos o en quienes mantienen una exposición constante a ambientes húmedos. Por último, los mohos no dermatofíticos, como Scopulariopsis brevicaulis y Fusarium spp., representan un porcentaje menor pero clínicamente relevante, ya que su presencia puede dificultar el tratamiento.
Uno de los principales problemas de esta condición es su evolución lenta pero persistente. La uña afectada comienza mostrando una leve decoloración, engrosamiento o una textura quebradiza. Con el paso del tiempo, estas alteraciones se agravan, provocando dolor, molestias al caminar y, en algunos casos, incluso dificultades para calzarse adecuadamente. Esto puede repercutir negativamente en las actividades cotidianas, desde caminar con comodidad hasta participar en eventos sociales en los que se exhiben los pies, como visitas a balnearios o reuniones familiares, tan comunes en nuestra región.
Además del malestar físico, el impacto psicológico de la onicomicosis no debe subestimarse. Las personas que sufren esta afección a menudo experimentan vergüenza, ansiedad y una marcada baja en la autoestima. En muchas ocasiones, optan por ocultar sus pies o evitar ciertos tipos de calzado, lo que limita su libertad de elección y puede llegar a interferir con su vida laboral o social. En contextos como el de Tuxtla Gutiérrez, donde el uso de sandalias es habitual por las altas temperaturas, esta limitación puede ser aún más significativa.
Otro aspecto relevante es que, en personas con enfermedades crónicas como la diabetes, la onicomicosis no solo es más común, sino también más peligrosa. Una uña infectada puede volverse un punto de entrada para infecciones bacterianas más graves, complicando el estado general del paciente y poniendo en riesgo su salud integral. De ahí la importancia de contar con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, realizado por personal profesional especializado en podología clínica.
En los consultorios Dina Podología, ubicados en las zonas de Terán y el Centro de Tuxtla Gutiérrez, atendemos de manera especializada este tipo de padecimientos, combinando experiencia, productos de calidad y un enfoque centrado en el bienestar del paciente. Nuestro compromiso es no solo tratar la afección, sino también mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, brindándoles la confianza y comodidad que merecen.
La onicomicosis, aunque común, no debe normalizarse ni dejarse sin tratamiento. Es fundamental reconocer sus signos tempranos, conocer sus causas y buscar atención podológica profesional. Un tratamiento adecuado no solo puede revertir el baño, sino también prevenir complicaciones mayores y devolver al paciente la seguridad y bienestar en su día a día.